Cada actividad que realiza el hombre en el planeta genera una serie de impactos ambientales, dichos impactos pueden ser positivos o negativos; la actividad de la construcción no es ajena a esta realidad, por lo tanto cada día se vuelve más importante tener claros los impactos ambientales asociados a un proyecto arquitectónico.
Es importante mencionar que, por su naturaleza, la construcción no es un proceso amigable con el medioambiente (Li et al., 2010), los diferentes procesos de extracción de recursos naturales, transformación y transporte de productos y el uso de distintas maquinarias en la construcción, generan impactos ambientales negativos asociados a la obra edificada.
En la construcción de un edificio se generan diferentes impactos negativos, entre los cuales se encuentran emisiones de contaminantes al aire, con gases de efecto invernadero o ruidos indeseados; al suelo por los diferentes residuos, ya sean sólidos o líquidos, los cuales pueden alterar la composición de los suelos y con esto todo un ecosistema; y al agua, ya que muchos procesos de construcción requieren hacer uso del recurso hídrico, el cual es utilizado y devuelto al ciclo con diferentes contaminantes.
¿Cómo mitigar los impactos de la construcción en un proyecto?
Las buenas decisiones de diseño, como la forma, orientación, planteamientos de iluminación y ventilación natural y la elección de los materiales de construcción adecuados, pueden mitigar los impactos ambientales de la obra constructiva en sus diferentes etapas, ya que estas decisiones determinan en gran medida el consumo de energía en el proceso constructivo y en la operación del edificio.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente los impactos asociados a la construcción son:
- La industria de la construcción y la operación de edificios le aportan al ambiente cerca del 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- La operación de edificios consume cerca del 35% de la energía eléctrica.
Los proyectos de desarrollo inmobiliario deberían planificarse de manera que produzcan la mayor cantidad de impactos positivos y un mínimo de impactos negativos sobre el medioambiente (Kaur y Arora, 2012), un ejemplo de esto es plantear sistemas eficientes de iluminación natural, en donde las fachadas y las cubiertas del edificio respondan adecuadamente a las condiciones medioambientales para generar una alta calidad lumínica al interior, sin sacrificar aspectos de confort térmico, para esto, soluciones en el mercado como las cubiertas Tejaluz en poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV) o los paneles aislados traslúcidos tipo GIP son una opción óptima para implementar una solución eficiente en cada proyecto.
¿Cómo las tejas traslúcidas aportan a un mejor consumo energético?
El uso de la luz natural genera una disminución en los consumos de energía eléctrica por iluminación artificial, lo que además de traer ahorros económicos para los usuarios finales del proyecto, se traduce en una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero asociados a la producción de energía eléctrica, por lo cual, iluminar naturalmente con tejas traslúcidas será siempre una opción eficiente y amigable con el medio ambiente.
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Referencias:
Kaur M. and Arora S. (2012), Environment impact assessment and environment management studies for an upcoming multiplex- a Case Study. IOSR Journal of Mechanical and Civil Engineering (IOSRJMCE), 1( 4): 22-30.
Li X., Zhu Y. and Zhang Z. (2010), An LCA-based environmental impact assessment model for construction processes. Building and Environment, 45(3):766-775.
