Condensación es el humedecimiento que aparece en la superficie de un cerramiento o elemento constructivo ya sea fachada, cubierta traslúcida u opaca, cuando su temperatura superficial es igual o inferior al punto de rocío del aire que está en contacto con dicha superficie.
La temperatura de rocío o punto de rocío, es la temperatura en la cual el aire se satura de partículas de agua, para una determinada temperatura y humedad relativa en el aire en el ambiente que está en contacto la envolvente arquitectónica.
La condensación en las diferentes superficies del proyecto puede generar molestias directas en los ocupantes de los edificios por goteras indeseadas, además de convertirse en un factor que afecte la salubridad de los espacios interiores, ya que la presencia de esta humedad permite el crecimiento de hongos y bacterias en las superficies en las que se genera la condensación.
Es importante entender que este fenómeno se da principalmente por un choque térmico, en el cual la envolvente arquitectónica está en contacto con un lado caliente (normalmente el interior) y un lado frío (normalmente exterior). En la medida que la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior sea mayor, se tendrá un mayor riesgo de condensación superficial en la cara del material que se encuentra en el lado caliente.
La condensación superficial interior se presenta principalmente en climas fríos, donde las bajas temperaturas exteriores en horario nocturno, producen un choque térmico que aumenta el riesgo de condensación en las superficies interiores del proyecto.
La cubierta es uno de los elementos de la envolvente con mayor probabilidad de sufrir condensación, esto debido a que el aire al interior del espacio está más caliente cerca de la cubierta, además de que las tejas se encuentra en intercambio térmico constate con el exterior por convección con los flujos de aire, y radiación a través de ondas electromagnéticas con la bóveda celeste.
Con el fin de reducir el riesgo el riesgo de condensación superficial en la cubierta de un proyecto arquitectónico se recomienda lo siguiente:
- Mejorar el nivel de aislamiento térmico de la cubierta: esto reduce el choque térmico de la teja, ya que al evitar pérdidas térmicas por conducción la temperatura superficial no disminuirá hasta llegar al punto de rocío.
- Evacuar el exceso de vapor al exterior: en piscinas climatizadas la condensación superficial puede deberse a la cantidad de vapor de agua que se genera en el espacio, por lo cual se recomienda evacuar este vapor al exterior.
- Mejorar la ventilación: la ventilación de los espacios arquitectónicos reducen la humedad y disminuyen la temperatura interior, haciendo que el choque térmico entre el interior y el exterior sea menor, mitigando el riesgo de condensación superficial.
- Utilizar un sistema de calefacción “seco”: en climas fríos donde se requiera utilizar calefacción en el espacio interior, se recomienda sistemas de calefacción “seco” con el fin de reducir la humedad en el aire y con esto disminuir la temperatura de rocío.
- Reducir puentes térmicos: los puentes térmicos en la envolvente arquitectónica se dan por elementos constructivos con alta conductividad térmica, esto hace que sean elementos en los cuales el choque térmico sea más elevado generando condensaciones puntuales en los espacios interiores. Se recomienda plantear detalles que minimicen los puentes térmicos en la estructura del proyecto.
Desde Exiplast se cuentan con soluciones de cubierta en Poliéster Reforzado con Fibra de Vidrio (PRFV) tanto opacas como traslúcidas que dan una respuesta óptima en los proyectos que tienen un alto riesgo de condensación, contando con los sistemas GIP (traslúcida) y BIP (opaca), que cuentan con el aislamiento térmico necesario para reducir las pérdidas térmicas y mitigar el riesgo de condensación superficial.